Así corrió la suerte de este espectáculo
A propósito de la prohibición de los toros en España promulgada por Carlos III en su Real Pragmática Sanción de 1.785, Jovellanos escribía:
"Así corrió la suerte de este espectáculo, más o menos asistido o celebrado según su aparato, y también según el gusto y genio de las provincias que le adoptaron, sin que los mayores aplausos bastasen a librarle de alguna censura eclesiástica, y menos de aquella con que la razón y la humanidad se reunieron para condenarle.
...... Y sostener que en la proscripción de estas fiestas, que por otra parte puede producir grandes bienes políticos, hay el riesgo de que la nación sufra alguna pérdida real, ni en el orden moral ni en el civil, es ciertamente una ilusión, un delirio de la preocupación. Es, pues, claro que el Gobierno ha prohibido justamente este espectáculo y que cuando acabe de perfeccionar tan saludable designio, aboliendo las excepciones que aún se toleran, será muy acreedor a la estimación y a los elogios de los buenos y sensatos patricios."
Jovellanos no era catalán ni ecologista. Era simplemente un ilustrado que, como su rey, pretendía modernizar el país y acercarlo a Europa. Afortunadamente, para él, murió antes de ver como Fernado VII introducía de nuevo los toros y la inquisición.