Diálogos en la frontera

  18 febrero 2014 



– Buenos días.

– Buenas noches.

– ¿Está Vd. nadando?

– No, me estoy ahogando.

– ¿Es Vd. negro por casualidad?

– Lo soy de nacimiento.

– Entonces no tengo más remedio que dispararle con la escopeta.

– ¡Vaya!

– Pero no se preocupe que es con pelotas de goma.

– ¡Menos mal!

– Además no le voy a apuntar a la cabeza.

– ¡Ah! Bueno.

– Sólo voy a disparar al agua para evitar que pueda salir Vd. del mar.

– Glu, glu....

– Estese quieto no sea que le vaya a dar en la cabeza...

– Glu, glu, glu....

– ...Sin querer ¡eh! Que somos buena gente.

– Oiga ¿no podría mirar un ratito hacia otro lado? Así conseguiría llegar a la orilla.

– Pero ¿qué se ha creído Vd.?

– Es que hace un frío de dos pares de pelotas.

– Es que Vds. se lanzan al agua sin ninguna preparación.

– Me he lanzado con lo puesto. No tengo otra cosa.

– Sólo faltaría que le tuviera que dar un traje de neopreno y un salvavidas.

– Pues no estaría mal.

– Sí ¡hombre! Vds. los extranjeros son insaciables.

– Y si le dijera que soy un turista extranjero que me he caído al agua.

– ¡Ah! Entonces sería otra cosa. Vendrían los de salvamento marítimo y le sacarían del agua.

– Pues, definitivamente, soy un turista.

– ¿Un turista negro? No cuela.

–  Es que he tomado mucho el sol, viajando por el Sahara.... Y, además, de noche siempre parezco más oscuro de lo habitual.

– Esto es un poco irregular. Tendré que consultarlo con el jefe.

– Pues vaya y pregúntele.

– (Clic, clac, clic, clic,.... Ring, ring....)

– ....

– ¿Jefe? Mire es que... Sí...vale... vale...¡vale!

– ¿Qué dice?

– Que ahora está repasando las leyes, y los protocolos, que son muy complicadas y que, de momento, no hagamos excepciones.

– ¡Hala!

– ¡Ah! Y que le diga que, en todo caso, la culpa la tiene Europa y el gobierno anterior.

– Pues apaga y vámonos.

– Buenas noches.

– Buenos días.

© Josep Vila 2020