- Buenos días.
- Buenas tardes.
- Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?
- ¿Mande?
- Que hasta cuando abusarás Cataluña de nuestra paciencia.
- Yo también estoy de sus políticos hasta los mismísimos....
- Lo lían todo más que la sandalia de un romano.
- Cuando seamos independientes ¿también lo seremos de los políticos? O se vendrán con nosotros.
- ¡Hombre! Sueltos no son mala gente pero tienen tendencia a repartirse por partidos.
- Sí claro.
- Entonces piensan como uno y votan como uno pero, cobran como cada uno.
- Con nuestro dinero, naturalmente.
- Sí pero lo peor es que mientras que los ciudadanos, como se creen iguales, suelen tratar de colaborar; los partidos, como se creen diferentes, siempre tratan de pelear.
- Cuando seamos independientes ¿también habrá los mismos partidos?
- No, habrá muchos más. Un partido siempre se puede partir más, como su nombre indica.
- Ya. Los convergentes y los divergentes, los de unió y los de desunió, los populares y los impopulares, los socialistas y los sociolistos, los de iniciativa y los sin iniciativa, y así sucesivamente.
- Algunos tienen el corazón partido y no saben a quién quieren.
- Otros tienen el cerebro compartido y no saben pensar solos.
- Casi todos están tan partidos que una mano no se entera lo que roba la otra.
- Así ¿cómo será el Parlament cuando seamos independientes?
- Se calcula que para entonces ningún partido alcanzará el 5% de los votos y que estarán todos en el grupo mixto.
- ¡Que guay!
- Podremos entonces suprimir todos los partidos.
- ¡Hombre!
- Bueno, todos menos los de fútbol.
- Así vale.
- También podríamos aprovechar nuestra soberanía para convertirnos en una colonia inglesa.
- Al menos allí todos los políticos saben hablar inglés.
- Y desde siempre tienen sólo dos partidos y medio.
- Y cada político piensa bien lo que vota, independientemente de su partido, o sus electores lo trinchan.
- Y dejan hacer referéndums soberanistas.
- Y su primer ministro ha dicho que, a lo mejor, se van de Europa….
- ..... y entonces, si nos portamos mal como una colonia díscola, puede que nos castiguen: ¡a quedarnos en Europa!
- ¡Toma que chollo! Voy a decirlo corriendo a los de mi partido.
- Buenas tardes.
- Buenos días.